La super abuela.


Por medio del comentario de una compañera me he dado cuenta de la facilidad que tengo para hablar de la muerte, un tema muy poco trabajado y el cual posee un gran peso en nuestras vidas. En esta columna quería hablar un poco sobre como se afronta la muerte y pretendo relacionarlo con como los hombres afrontamos esta misma. Cuando una persona muere, los que le sobrevivimos pasamos lo que se conoce como las fases del luto: Negación: Esta fase es cuando una persona tiene dificultades para aceptar la realidad de la pérdida. Pueden sentirse desconectados o como si estuvieran en un sueño. Ira: La ira es una emoción común en esta fase del duelo. Las personas pueden sentirse enojadas con la persona que murió, con ellos mismos, con Dios o con el mundo en general. Negociación: En esta fase, las personas intentan negociar con la situación. Pueden hacer promesas a Dios o al universo, o intentar cambiar el curso de los acontecimientos. Depresión: En esta fase, las personas experimentan una profunda tristeza y pueden sentirse desesperadas y sin esperanza. Pueden tener dificultades para dormir, comer y realizar actividades cotidianas. Aceptación: Finalmente, en esta fase, las personas comienzan a aceptar la realidad de la pérdida. Pueden comenzar a reconstruir sus vidas y encontrar formas de seguir adelante sin la persona que perdieron.

No todas pasan de la misma maneta por las distintas fases, y ni todas lo hacen en el mismo orden, pero todo el mundo las pasa. El problema viene cuando reprimimos alguna de ellas, dificultadnos el proceso de duelo y alargándolo. Las masculinidades tradicionales se encuentran estrechamente relacionadas con la represión de sentimientos, produciendo peores procesos de duelo. Si a todo esto le añadimos la negativa a pedir ayuda presente en muchos hombres, nos encontramos con una mezcla explosiva. Cuantas veces hemos escuchado no lo he visto llorar ni cuando se murió "no se quién" o tu nunca lo verás llorar, eso son muestras como son los hombres en el imaginario colectivo. Con un poco de suerte la atención psicología publica de calidad se alcanzará en algún momento, Mientras tantos permitámonos ser libres de sentir. 

Yo me considero afortunado, siempre me he sentido arropado y protegido por mi familia extensa y libre de expresar mis sentimientos. Una noche me despertaron para decirme que ella se había ido, pero yo ya lo sabia, de hecho lo sabia desde hacia mucho, pues fue largo el tiempo que ella se estuvo marchando, esa noche fue la primera en mucho tiempo que había dormido, el cansancio hizo que mi cuerpo se rindiera. Al levantarme de la cama lo primero que me encontré fue un hombro sobre el que llorar y después mi gente para acompañarme. En mi familia es típico velar a los nuestros en casa, no hay nada como estar en tu casa cuando estas tan mal; acompañado por familia y amigos, teniendo la libertad de expresar todas tus emociones, después de todo nadie te va a decir nada, estas en tu casa. 

Lo que quiero transmitir es que deben respetar los sentimientos y dejarlos aflorar, porque siempre acaban saliendo. ¿Compartes esta opinión? 



Comentarios

  1. Hola Ángel!

    Es muy interesante este tema porque una vez más le ponemos tabúes a situaciones que forman parte de nuestra vida. Creo que es una etapa donde cada uno la afronta de una manera distinta y creo que puede variar mucho con el tipo de vida que hemos llevado y en qué contexto llegamos a ella. Respecto a la manera de velar a nuestros seres queridos creo que debería de haber una mayor compresión con nuestros actos ya que son momentos muy sensibles y cada uno respondemos distinto a este tipo de situaciones sin significar que no lo vayamos a extrañar, por lo que comparto y mucho tu opinión de respetar los sentimientos de cada uno.

    Un saludo!

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